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La telemedicina no es una solución temporal de una pandemia: es el presente y el futuro


En marzo de 2020, muchos trabajadores de oficina empacaron sus maletines bajo el mandato de sus empleadores, asumiendo que trabajarían desde casa durante algunas semanas para que el coronavirus pudiera "pasar". Pasaron muy rápido dos años: muchos de esos mismos empleados aún no han vuelto a poner un pie en sus antiguas oficinas, y algunos nunca lo volverán a hacer. Una tendencia similar se está desarrollando en el cuidado de la salud. Cuando comenzó COVID-19, muchos sistemas de salud adoptaron rápidamente modelos de atención virtual como una cuestión de necesidad para mantener a la mayor cantidad posible de pacientes que no tenían COVID fuera de los hospitales. Pero con la aparición continua de nuevas variantes de COVID, sin mencionar la comodidad que ofrece la atención virtual, se está volviendo cada vez más claro que la telemedicina no fue una "solución temporal", sino que llegó para quedarse. La pregunta es, ¿cómo evolucionamos y mejoramos la telemedicina para que sea una opción aún más viable de forma permanente?


El estado actual de la telemedicina y sus limitaciones

Al inicio de COVID-19 en abril de 2020, la utilización de telesalud creció 78 veces desde febrero de 2020, según McKinsey. Desde entonces estos números han bajado, pero la telemedicina sigue siendo una opción potente. Un estudio más reciente de la firma de investigación de mercado SSRS encontró que casi un tercio de los adultos estadounidenses han tenido una visita de telesalud para ellos o para un conocido durante la pandemia.


Los beneficios de la telemedicina son claros: no solo libera espacio en el hospital y la clínica, sino que es más fácil para los pacientes que ya no tienen que trasladarse a un centro, al mismo tiempo que ofrece mayor privacidad y comodidad. La telemedicina también puede ayudar a aliviar el agotamiento del personal médico y la escasez de mano de obra en el sector de la salud, ya que puede automatizar ciertas tareas (o subcontratarlas), reduciendo así la carga y el estrés de los profesionales.


Dicho esto, la telemedicina aún es incipiente. El COVID-19 aceleró rápidamente su adopción, pero se necesita más inversión e innovación. La accesibilidad sigue siendo un obstáculo central: Millones de personas en el mundo aún no tienen acceso a Internet de alta velocidad. Aunque muchos gobiernos han aprobado recientemente recursos para expandir la banda ancha a las áreas rurales y asignar fondos para proyectos de telesalud, muchas personas simplemente no tienen la conectividad en el hogar necesaria para facilitar la salud remota en la actualidad.


Además, existe el desafío de cambiar los comportamientos arraigados. Muchas personas se han acostumbrado a recibir atención solo en entornos presenciales, por lo que llevará tiempo educar al público en general sobre los beneficios y la facilidad de uso de la telesalud.


Pero quizás una de las mayores limitaciones de la telemedicina es que sus casos de uso aún son limitados.

Abarcando un ámbito de atención más amplio


La telemedicina a menudo se divide en diferentes aplicaciones en las que se puede utilizar la telesalud. Estos se pueden clasificar como visitas "en persona", salud móvil y monitoreo remoto de pacientes. La mayoría de nosotros estamos familiarizados con la aplicación "en persona" de la telemedicina, que es donde un paciente puede hablar con una enfermera o un médico de forma remota, utilizando un software de videoconferencia, para analizar sus síntomas y recibir posibles diagnósticos. Esto ayuda a ahorrar tiempo tanto para los pacientes como para el personal de atención médica y, potencialmente, permite que el paciente reciba atención de una manera más eficiente.


Pero para hacer de la telemedicina una forma de atención verdaderamente viable a largo plazo, debemos superar eso. Las otras aplicaciones de la telemedicina harán que el campo tenga un impacto significativamente mayor. Irá más allá de simplemente poder comunicarse con el personal médico de forma remota, y más hacia la compensación de la atención básica y la realización de diagnósticos remotos. Compañías como Tytocare ya están dando grandes pasos en estas áreas, ofreciendo exámenes médicos a pedido, monitoreo postoperatorio de pacientes y consultas remotas de expertos.


Ser capaz de ofrecer ciertos tipos de atención médica de forma remota podría tener un impacto transformador en la industria de la salud, particularmente en la vida y el cuidado de personas mayores. Un estudio de 2021 de Capital Caring Health encontró que casi el 90% de los adultos mayores de 50 años quieren permanecer en casa y "envejecer en el lugar". Pero puede ser difícil, especialmente sin el equipo y la tecnología adecuados en el hogar.


El concepto de salud móvil permitirá que una persona mayor que viva sola use portales web o mensajes de texto para comunicarse con su equipo de atención. Este acceso puede brindar más tranquilidad tanto al paciente como al cuidador al permitir que el paciente haga preguntas o plantee inquietudes simplemente enviando un mensaje en lugar de esperar a la próxima cita. Además, aprovechar los teléfonos inteligentes y otras tecnologías móviles puede ayudar con los principales problemas de atención médica, como la adherencia a los medicamentos, lo que puede mejorar drásticamente los resultados de los pacientes mayores.


Además, el uso de la monitorización remota de pacientes mejorará nuestra capacidad para realizar más diagnósticos desde casa. Las pruebas de diagnóstico son una forma importante para que los profesionales médicos determinen la causa de los síntomas o dolencias de un paciente. Pero tradicionalmente, estas pruebas requerían dispositivos o tecnología que solo se encuentran en el consultorio de un médico. Esto cambiará a medida que veamos que se envían a casa más dispositivos portátiles y médicos (IoMT: Internet of Medical Things) para que los pacientes puedan realizar un seguimiento continuo de cosas como la temperatura, la presión arterial, la frecuencia cardíaca o los niveles de glucosa, y los médicos puedan controlar esas métricas de forma remota. En el futuro, la monitorización remota avanzada de pacientes podría permitir la creación de algo así como una luz de "revisar el motor pronto" con la que estamos familiarizados en nuestros automóviles, pero para el cuerpo humano.


¿Cuál es el camino a seguir, técnicamente hablando...?


La próxima era de la telemedicina suena prometedora, pero ¿cómo llegamos allí? Se necesita más que la aceptación del paciente y la organización: la tecnología desempeñará un papel crucial para garantizar la expansión a largo plazo de la telesalud.


Como se mencionó, el éxito de la telemedicina depende de nuestra capacidad para abordar la brecha digital. El acceso a Internet se ha convertido en una utilidad crítica y es inaceptable que millones de personas aún carezcan de una banda ancha confiable. Se deben realizar más inversiones, subsidios y construcciones (incluidas las redes 5G) para que todos tengan la capacidad de acceder a la atención virtual cuando la necesiten.


Los wearables médicos también serán una pieza tecnológica importante del rompecabezas. A medida que esta "consumerización" arraiga en la atención médica, me gustaría ver una mayor colaboración e interoperabilidad entre los fabricantes de dispositivos (Apple, Fitbit, Google, etc.) y los proveedores de atención reales. Las dos entidades deben intercambiar datos de forma segura y garantizar que los pacientes reciban una experiencia fluida y continuidad en la atención.


Más allá de eso, la nube también desempeñará un papel en la telemedicina. Además de las herramientas de colaboración basadas en la nube que permiten que los pacientes y el personal médico se comuniquen, los servicios en la nube que cumplen con HIPAA se utilizarán para almacenar registros médicos para que las personas puedan acceder a esos archivos las 24 horas del día, los 7 días de la semana desde cualquier lugar. Finalmente, las herramientas de administración de la nube ofrecerán a los proveedores de atención médica una forma centralizada de administrar y monitorear una miríada de dispositivos y usuarios repartidos en entornos distribuidos. Estas plataformas en la nube pueden administrar la información del paciente y el software clínico, al mismo tiempo que ayudan a simplificar la incorporación y el cumplimiento de los dispositivos.


Una perspectiva brillante


Ya hemos visto algunos de los beneficios de la telemedicina, pero todavía estamos en las primeras etapas de su maduración. Con más inversión e innovación en los próximos años, esperamos que la atención virtual se consolide como la forma preferida de atención médica para muchos pacientes. Debido a su conveniencia, la telesalud también puede incentivar a los pacientes a buscar atención con más frecuencia, lo que sería motivo suficiente para priorizar el avance del campo.

 

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Fuente: hitconsultant

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